Cempasúchil: la flor que llega al alma.
La palabra cempasúchil proviene del náhuatl, cempoalxochitl. Acuña dos sustantivos, sempôwal, que significa 20 (o muchos), y xôchitl, que es flor. Traducida al español significa “veinte flores”, esto, puede ser adjudicado a la gran cantidad de pétalos que la conforman, detalla Andrea Rodríguez, investigadora de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en una entrevista con el periódico BBC Mundo.
Esta flor, es un ícono de la cultura mexicana; sus brillantes colores adornan los altares de muertos y demás ofrendas que adornan nuestras calles y hogares. Sus fulgurantes colores y potentes aromas, de acuerdo con la tradición, sirven para guiar aquellas almas que nos visitan en estas fechas.
Esta tradición comienza con una historia de amor entre una niña y un niño: Xóchitl y Huitzilin. La leyenda cuenta que el amor había llegado a sus vidas desde muy jóvenes, cada año que pasaba hacía que su amor creciera un poco más.
Era tanto su amor que un día decidieron subir a lo más alto de la montaña para hablar con El Dios del sol, Tonatiuh, y que este les diera su bendición y unión. Este, asombrado de su cariño los unió bajo el deslumbrante amarillo del sol. La felicidad de su unión rodeaba sus vidas, hasta que un día, Huitzilin fue llamado a la batalla y tuvo que irse lejos de Xóchitl.
Pasaba el tiempo, y la tristeza inundaba a Xochitl por no saber de su amado, hasta que un día, se enteró que había muerto en una batalla. Destrozada, decidió subir el cerro para pedirle a Tonatiuh que les permitiera reunirse, pues, este había jurado proteger su amor.
Después de ver el dolor que cargaba Xóchitl, Tonatiuh decidió ayudarla: la convirtió en una flor. Pasó el tiempo y la flor no abría, hasta que un día llegó un bello colibrí y se paró en ella. Fue entonces que la flor se abrió y mostró sus veinte pétalos y su radiante color amarillo; Xóchitl, había reconocido que a Huitzilin, quién, había tomado una forma de colibrí para estar con ella otra vez.
Así pues, cuenta la leyenda que siempre y cuando existan colibríes y flores de cempasúchil, el amor de Xóchitl y Huitzilin seguirá existiendo.
Referencias: https://www.bbc.com/mundo/noticias-54756885
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